
Una de las cosas más interesantes del Tinc Gana es que la gente y los vountarios ya se concocen y se respetan mucho mutuamente, de tal manera que todos se sienten libres de compartir experiencias de su propia vida. Con esta confianza, los jóvenes voluntarios pueden ayudar a varias personas. Un ejemplo de ellas es Mami, una mujer de unos 45-50 años, pero a quien todo el mundo echa 70. Ella vive cerca del Macba y ha compartido varias veces con los jóvenes, que estos días el viento y el frío se lo estaban haciendo pasar muy mal, pues no hay espacios cerrados donde ella está. Así que podéis imaginar su cara cuando los vio llegar con las mantas y un buen abrigo para ella, ¿no?
Damos gracias a todos los voluntarios/as y animamos a todos los que queráis participar!
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